"Estamos muy lejos de ser lo bastante canarios para convertirnos en voceros del nacionalismo y de los odios de razas, para regocijamos con las aversiones y el modo de hacerse mala sangre los pueblos, [...] Nosotros, los sin patria, somos demasiado variados, demasiado mezclados de razas y de origen para ser hombres modernos, y por consiguiente, nos sentimos muy poco inclinados a participar en esa mentida admiración de sí mismas que hoy practican las razas y en ese descaro con que hoy se ostenta la colonia, a modo de escarapela, el fanatismo independentista, ... " re-interpretando "La gaya ciencia"

sábado, 21 de enero de 2012

Filosofía a tenicazos II. La "razón" en Kanaria

FILOSOFÍA A TENICAZOS II. LA «RAZÓN» EN KANARIA
¿Que qué es lo que pertenece a la idiosincrasia del filósofo?... Pues, por ejemplo, su carencia de sentido histórico, su odio a la idea misma de devenir, su afán de estaticismo egipcio. Los filósofos creen que honran algo cuando lo sacan de la historia, cuando lo conciben desde la óptica de lo eterno, cuando lo convierten en una momia. 
   Puestos a ser objetivos, todo lo que han estado utilizando los trágicos en la colonia éstas últimas décadas no son más que momias conceptuales; nada concreto, coherente y real, ha salido con vida de sus manos. Cuando esos idólatras de ideas ajenas adoran algo, lo matan. ¡Qué mortalmente peligrosos resultan cuando adoran! Para ellos, la democracia, las libertades sociales y de conciencia, el cambio, al igual que la diversidad de creencias y el desarrollo constituyen objeciones, e incluso refutaciones. Lo que es, no deviene; lo que deviene, no es... pero, incluso todos ellos creen de forma desesperada, en lo que es

  El problema es el siguiente, como no pueden apoderarse de lo que es, tratan de explicar por qué se les resiste. ¿Qué sucede entonces? El trágico, que es ignorante funcional e incapacitado cultural, propone soluciones continentales europeas a un problema colonial archipielágico. La consecuencia directa es la colocación de un velo ante el problema real, para intentar establecer lo que es de justicia histórica y social, complican todo de una forma antinatural.
Si no percibimos lo que es, debe tratarse de una ilusión, de un engaño... ¿Quién es el que engaña? ¡Ya está!, exclaman alegres: ¡es la sensibilidad! Los sentidos, que son tan inmorales también en otros aspectos, nos engañan respecto al mundo verdadero. Moraleja: hay que librarse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia, de la mentira. La historia no es más que dar un crédito a los sentidos, a la mentira. Moraleja: hay que negar todo lo que da crédito a los sentidos, a todo el resto de la humanidad; todo ello es «vulgo».
   Si te has escandalizado por lo expuesto, aún falta lo mejor. Lo que es, es el ideal de Kanaria, la soberanía nacional, el equilibrio social, democracia, laicismo. Como no pueden alcanzar lo que es, deciden mejor negarlo. Kanaria es un engaño ilusorio. ¡La realidad nos engaña! Se lo dicen los muy hipócritas. La razón, no se encuentra en la justicia histórica, en lo que debe ser, argumentan. Lo mejor es despojarse de todo lo nacional, lo propio es un engaño. ¡Kanaria es mentira! No se puede dar crédito a Kanaria, hay que negar el ideal de nación.

   Hay que aceptar lo ajeno, los ideales momios continentales y ajenos. Además, hay que rechazar esa lamentable idea innata de superación individual e identitaria. La identidad está sometida a todos los errores lógicos, cuya existencia no ha sido refutada y además resulta imposible. Los canarios son tan insolentes que actúan como si fuera real. ¿No son peligrosos éstos trágicos? Realmente piensan que ésto es así.

  Los anti-canarios rechazan el testimonio de identidad porque éstos perciben la realidad colonial tras un tupido velo, que no es otro que toda la contaminación ideológica de la realidad continental europea y extranjera en general. Creen, que representa multiplicidad y cambio. ¡Tonterías! La identidad no miente en modo alguno. Creyendo el testimonio de cualquier trágico introducimos la mentira, por ejemplo, la mentira de la razón, la mentira de lo perceptible y real, de la identidad nacional y el ideal de Kanaria.

   La causa de que se falsee el ideal de Kanaria no es sino la creencia en que incorporando soluciones continentales lograremos avanzar. ¿Avanzar hacia dónde, sin arrancar nuestra soberanía? La identidad no miente cuando nos muestra todo lo que parece ser, el cambio... Bien es cierto que defender el ser de Kanaria dando la espalda a la cuestión identitaria solo creará una ficción vacía. Entonces el ideal que perseguimos sin esa clave será un absurdo.
¡Y qué delicados instrumentos de observación son para nosotros los sentidos! Pensemos, por ejemplo, en la nariz algo de lo que ningún filósofo ha hablado aún con veneración y agradecimiento, pese a haber sido hasta hoy el más sensible de todos los instrumentos que están a nuestro alcance. Puede captar unas diferencias tan pequeñas de movimiento que ni un espectroscopio registraría. 
   Si hoy tenemos la certeza de alcanzar lo que es, Kanaria, es en la medida en que nos decidimos a aceptar que somos distintos, ni mejores ni peores, tan solo diferentes. Aprendimos a ser canarios, el canario no solo es, sino que se hace. Hay que aguzar y robustecer la identidad mediante un proceso nacional. Una hoja de ruta. Pensar en Kanaria hasta el final. Lo demás es un aborto que no llega a la categoría de la realidad, donde ésta no hace acto de presencia ni como problema; ni siquiera se preguntan qué valor puede tener la realidad nacional en sus planteamientos.

   Ahondando en la idiosincrasia del anti-canario, son propensos a confundir lo último con lo primero. Posponen la cuestión nacional, el principio, a un segundo plano. Por desgracia no debería venir nunca. Intento  ser irónico. Es mucho más importante lo externo, los segundos y terceros pasos, sus "conceptos supremos", los más generales y vacíos en una colonia.

   La realidad se les evapora. Esto solo es una nueva manifestación de la forma que tienen de venerar. Lo superior no puede provenir de lo inferior, lo mismo que no se puede negar la ciencia. Tras desconectarnos de la Metrópoli tendremos nuestra Asamblea Nacional propia y allí se debatirán las cuestiones políticas. Lo que no es, y nunca debemos permitir que sea una cuestión política el hecho nacional canario. Si eso se permite, lo que pretende cualquier trágico, se pondría en entredicho el valor de Kanaria.

   Su valor, el único, es de primer orden, todos los demás valores provienen de ahí y no al revés. Todos ellos van causados hacia lo que es.

   Kanaria es el ente realísimo, no está en contradicción consigo misma, como sí lo pueden estar los valores ideológicos europeos en la colonia. Kanaria se encausa a si misma. ¡Qué triste es que los canarios hayan tenido que tomar en serio los dolores de cabeza de esos enfermos fabricantes de telarañas! ¡Y a qué precio lo han hecho!

   Concluiré mi exposición a la forma en que puedo entender el problema. Si en nuestras islas la gente en general fuera coherente y realista, se consideraría que el devenir en general del día a día constituye una prueba irrefutable de colonialismo. Estamos sometidos a él. No es solo algo aparente, el colonialismo nos induce a error porque no es compatible con el bienestar social. El colonialismo es el error, el virus que desencadena la tragedia nacional canaria.

   El prejuicio en la realidad, la razón, nos impulsa a conceder licencias a los valores e idearios europeos, y por ende extranjeros. Nos vemos atrapados en el error. Los canarios necesitan el error; aunque, estén íntimamente convencidos de que ahí radica el error... el error tiene a sus ojos como constante defensa. Caemos en un fetichismo grosero cuando tomamos conciencia de los supuestos básicos de los Derechos Humanos, de que Kanaria es posible, o, por decirlo más claramente, de la razón. 

Intentaré condensar, para que se me comprenda mejor, esta idea tan esencial en cuatro puntos:

-Las razones por las que se ha considerado que en la colonia existen libertades y Derechos es el fundamento de su realidad; cualquier otra forma de realidad no solo es lejana sino indemostrable e inexistente.

-Las características que son atribuidas a la falsa realidad, condición colonial, son precisamente los rasgos distintivos de lo que no es, de la anti-natura. La supuesta autonomía canaria ha sido concebida a base de contradecir el mundo real. Ese presunto mundo verdadero es en realidad un mundo aparente e ilusorio sin moral ni justicia.

-Para los trágicos, no tiene sentido pensar en un ideal de Kanaria a base de potenciar las virtudes identitarias de los canarios. Es absurdo plantar lucha contra la presunta autonomía canaria concedida por la Metrópoli. Eso es calumnia, empequeñecer, in-solidario, argumentan. La razón en Kanaria es una venganza, no se sabe contra qué o quién.

-Hacer política a la manera de la Metrópoli, o continental, no es más que la puesta en práctica de un índice de vida descendente. El anti-canario no es un pesimista; afirma todo lo ajeno y problemático; es un rebenque...

Román Marichal. Aguere a 21 de enero de 2012
Re-interpretando a Nietzsche. Fragmentos de texto de El Crepúsculo de los Dioses

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